sábado, 13 de septiembre de 2008

Economía del Conocimiento

La humanidad ha cambiado su patrón económico, ya no es ni la sal, ni el oro, ni el petróleo, es sin duda la suma de todos los conocimientos de los habitantes de una nación.
Convivimos con el 95% de los científicos que la humanidad tuvo en toda se historia.
Al igual que el acelerador de partículas del Cern, la base de conocimiento de la humanidad crece de forma descontrolada, al punto que en pocos años se duplicará una vez al mes.
América Latina no está preparada para responder a este cambio y contar con la dinámica necesaria para responder a las necesidades de la Sociedad de la Información y el conocimiento.
La razón de ser de América Latina no está ceñida sólo al crecimiento económico o a la superación de la marginalidad y pobreza en que se ven envueltos la mayoría de sus países. Va más allá. Existe como realidad civilizatoria y su tendencia es a seguir existiendo, por lo cual se hace necesario el ejercicio constante de descubrirla y explicarla, al menos antes de que algún fenómeno natural o social influya en su escenario actual.
Las constituciones latinoamericanas están moldeadas sobre la matriz de las constituciones liberales de tradición francesa y norteamericana. Aún en la actualidad, la catarata de reformas constitucionales que se llevan adelante en América Latina están influidas, como desde los orígenes, por los debates teóricos de los países europeos y los EEUU. La constatación de esta realidad corre paralela a otra: en la actualidad, se experimenta un replanteamiento en el plano teórico de las bases sobre las que se asentó tanto la ciudadanía en las democracias liberales, como las de otras formas de ciudadanía surgidas de las revoluciones de carácter socialista. En los debates se dirige la mirada tanto hacia el horizonte del pasado que dio origen a la tradición demoliberal, como hacia el horizonte de futuro en el que el proceso de globalización se hará más intenso y demandará respuestas para la que esa tradición resulta insuficiente.
Es necesario establecer un nuevo modelo asociado a un agenda digital, centrado en el individuo, con pasos concretos y pequeños, enfocados a mejorar la vida de la gente.
Para ello no solo es necesario proveer, las herramientas tecnológicas para enriquecer la experiencia educativa, es imperativo generar un plan coherente que integre, infraestructura, contenidos, financiación y normas legales respaldatorias.
Es necesario, entrar a la economía del conocimiento y fomentarla.

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